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La portavoz socialista de Memoria Histórica en Les Corts, Mercedes Caballero, solicita también en la iniciativa que se habilite un espacio de almacenaje “donde instituciones, asociaciones o particulares puedan depositar elementos de este tipo que ya tengan en su propiedad”
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Caballero destaca la necesidad de una norma para que las instituciones públicas “sepan cómo deben actuar en el caso de recibir donaciones privadas que contengan elementos con simbología contraria a la ley”
València, 14 de mayo de 2021.- La portavoz socialista de Memoria Histórica en Les Corts Valencianes, Mercedes Caballero, ha presentado una iniciativa en el Parlamento valenciano donde propone la creación de un protocolo que impida a instituciones como Ayuntamientos o Museos la aceptación de donaciones o cesiones de patrimonio que incluyan elementos conmemorativos, obras escultóricas o simbología contraria a la memoria democrática y a la dignidad de las víctimas. Además, en la PNL (Proposición No de Ley) que también firman los diputados Ernest Blanch y Sabina Escrig, se pide también que “se habilite un espacio de almacenaje donde instituciones, asociaciones o particulares puedan depositar elementos de este tipo que ya tengan en su propiedad”.
Caballero ha destacado la necesidad de la creación de este protocolo puesto que la normativa actual detalla que es responsabilidad de las instituciones públicas “preservar y exponer al público el patrimonio histórico, artístico y cultural que posean”, algo que entra en contradicción con otras leyes en el caso de que estos organismos cuenten en su inventario “con elementos catalogados como vestigios contrarios a la memoria democrática”: “Es urgente la creación de una norma para que las instituciones públicas sepan cómo deben actuar en el caso de recibir donaciones privadas que contengan elementos con simbología contraria a la ley”, ha explicado la dirigente socialista.
Por último, Mercedes Caballero, ha señalado la importancia de velar “por la integridad, la dignidad, el respeto y la libertad”, unos valores que ha considerado “fundamentales para apuntalar un estado democrático donde simbologías que atentan contra nuestra memoria no pueden tener cabida”.